EL ÁRBOL DE LA VIDA

El Árbol de la vida representa, en forma de ramas que se elevan y expanden al cielo, el nivel físico y espiritual de nuestra vida.

De la misma manera que muchísimos otros símbolos antiguos, el culto a este talismán procede de siglos atrás y ha estado representado en muchas culturas muy diferentes.

En la cultura celta, por ejemplo, los druidas creían que este árbol era la representación de Yggdrasil, la diosa celta en conexión con la tierra y el cielo. En el aspecto más esotérico el árbol de la vida podemos decir que significa recepción. Representa todas las enseñanzas espirituales que se han recibido y nos llevan a alcanzar un estado superior de conocimiento, especialmente del conocimiento del “YO”.

Este símbolo trabaja como un imán y atrae las energías positivas hacia el amuleto y hacia su portador. El árbol además intenta atraer pensamientos buenos y favorables, deseos, actitudes y acciones de la gente que se relaciona con el portador del amuleto.

OJO DE TIGRE

El ojo de tigre es una piedra protectora que ha sido llevada tradicionalmente como talismán contra maldiciones y malas voluntades. Combina la energía de la tierra con las energías del sol para crear un elevado estado vibratorio, potencia las habilidades psíquicas en las personas terrenales y equilibra los chakras inferiores estimulando el ascenso de la energía kundalini.

Nos muestra el uso correcto del poder y nos hace sacar nuestra integridad. Ayuda a conseguir nuestros objetivos, reconociendo las fuentes internas y promoviendo la claridad de intención. El ojo de tigre es excelente para las personas que no tocan tierra o que no se comprometen. Enraíza y facilita la manifestación de voluntad. Esta piedra es útil para reconocer tanto tus necesidades como las de los demás. Diferencia los pensamientos ociosos sobre lo que deseas de lo que realmente necesitas.

Mentalmente el ojo de tigre integra los hemisferios cerebrales y potencia la percepción práctica. Ayuda a reunir la información dispersa para hacer un todo coherente. También ayuda a resolver dilemas y conflictos internos, especialmente los producidos por el orgullo y la obstinación.

Psicológicamente el ojo de tigre remedia problemas de autoestima, autocrítica y bloqueo de la creatividad. Ayuda a reconocer los propios talentos y habilidades y en el otro sentido, también las faltas que deben ser superadas.

Emocionalmente el ojo de tigre equilibra las energías yin y yang y regenera el cuerpo emocional, alivia la depresión y eleva el estado de ánimo.

El ojo de tigre dorado ayuda a prestar atención al detalle advirtiendo contra la complacencia. Ayuda a actuar desde un lugar de raciocinio más que de emoción. También es un excelente compañero de exámenes y encuentros importantes.

GRANATE

El granate es una piedra muy energizante y regeneradora. Revitaliza, purifica y equilibra la energía aportando serenidad y pasión cuando es apropiado. Se dice que es capaz de avisar de un peligro que se aproxima y antiguamente se usaba como talismán protector. El granate es una de las piedras más hermosas, inspira amor y devoción. Equilibra el impulso sexual y alivia la desarmonía emocional. El granate rojo, en particular, estimula la elevación controlada de la energía kundalini y sustenta la potencia sexual. Es una piedra muy útil en tiempos de crisis, en situaciones en las que no parece haber salida, o cuando la vida se ha fragmentado o es traumática. Fortalece y activa el instinto de supervivencia, llevando coraje y esperanza a situaciones aparentemente desesperadas. Bajo su influencia la crisis se convierte en un reto por superar.

El granate tiene una fuerte vinculación con la glándula pituitaria y puede estimular la consciencia ampliada y el recuerdo de vidas pasadas.

Psicológicamente el granate afila tus percepciones de ti mismo y de los demás. Disuelve los patrones de conducta profundamente arraigados que ya no te sirven y permite superar la resistencia y el sabotaje inconsciente.

Mentalmente el granate ayuda a abandonar viejas ideas obsoletas y emocionalmente libera las inhibiciones y tabúes. Abre el corazón y otorga confianza en uno mismo.