Este símbolo está extendido por todas las grandes civilizaciones del mundo con pequeñas variantes. Cada una con sus propios símbolos en el interior pero con una gran similitud tanto en forma como en significado y propiedades.
La primera referencia histórica que tenemos de la utilización de este símbolo la encontramos en Cartago. Sabemos que los cartagineses la asociaban con la diosa Tanit divinidad asociada a la luna y a la fertilidad y una de las principales divinidades cartaginesas.
Posteriormente las culturas árabe y judía adoptaron este símbolo como propio.
Entre los musulmanes la mano de Fátima es utilizada cono talismán para protegerse de la mala fortuna y en particular del mal de ojo. Este símbolo utilizado como amuleto detiene el mal con la palma de la mano, previene enfermedades y atrae la buena suerte. Es especialmente apreciado en el norte de áfrica.
En el judaísmo es conocida como mano de Míriam, en referencia a la hermana de Moisés y Aarón. Mirian era reconocida como profetisa y es asociada con la protección ya que salvo a su hermano Moisés cuando este era un niño. Dentro del Judaísmo este símbolo no tiene ninguna conexión don el islam. En Israel se suele colocar una Jamsa en el cuello de los niños para protegerles. Suelen decorarlos con peces (inmunes al mal de ojo) y con palomas símbolo de reconciliación, paz, sencillez, pureza y purificación.
En el judaísmo la mano Jamsa es relacionada con los cinco libros de la tora.
Pero no se quedan en estas dos religiones el uso de la Jamsa se extiende a Asia.
Dentro del hinduismo y el budismo es uno de los principales mudras el abhaya (no miedo). Es frecuente ver deidades Hindúes realizando este gesto, para que sus fieles recuerden que cuentan con la protección y que ningún mal puede afectarles.
Continuando en la India podemos encontrar dentro del jainismo un símbolo de similares características una mano que viene a significar ahimsa o “evitación de la violencia”.
Hoy en día este símbolo esta extendido por todo el mundo. En occidente esta ampliamente extendido como amuleto contra las posibles desgracias que puedan afectarnos y también como símbolo de paz y pureza. Trae buena suerte y dota de las virtudes de paciencia, fidelidad y fertilidad, además de su poder de protección, especialmente a las embarazadas, por su protección de la matriz.