SHIVA

Shiva es el principio y tercera persona de la Trinidad hindú. Representa la energía masculina. Dios destructor y a la vez fecundador. Se le venera como supremo asceta, como señor del tiempo y de la muerte.

Está casado con Parvati diosa de la energía. Tiene un tercer ojo en mitad de la frente, símbolo de la omnisciencia. Viste un collar de cráneos y serpientes. Su arma es el trishûla o tridente. Se le suele representar por el linga o símbolo fálico que enfatiza su función fecundadora.

Shiva es quien convoca y a quien pertenece la magia, siendo el dueño del Tantra y el yoga, puente por el cual los humanos pueden llegar a una alta compresión de sí mismos y de los entes sublimes que los rodean.

Comprendemos a Shiva como una componente en una dualidad necesaria para que todo exista, la destrucción, descomposición y el caos, con la finalidad de encontrar la creación, el mantenimiento y el orden.

SAHASRARA CHAKRA

Sahasrara chakra está situado en la coronilla y es nuestra fuente de iluminación y conexión espiritual con todo lo que es. Es la conexión espiritual con nuestro yo superior, con cada ser en el planeta y en última instancia, con la energía divina que crea todo en el universo.

Si la energía de este chakra está equilibrada podrá conectarte con el estado de dicha energía que se asocia con el conocimiento absoluto o satchitananda.

El séptimo chakra proporciona la conexión energética necesaria para transcender la dualidad mundana que nos hace ver el mundo en términos de pares opuestos: nosotros mismos y los demás; objeto y sujeto, masculino y femenino.

Su apertura nos lleva al conocimiento pero no del tipo intelectual sino del que proviene del pensamiento cósmico, nos permite encontrarnos con la sensación de paz y serenidad que proviene del sabernos uno con todos lo otros seres, uno con la naturaleza, uno con lo universal e infinito.