TANTRA

¿Qué es el Tantra?

El Tantra no es sexo, como muchas personas en occidente creen, aunque tampoco lo excluya.

«El Tantra… es una aproximación individual, un descubrimiento personal de la realidad. Es profundamente rebelde, no tiene confianza en la organización social ni en la comunidad, pero sí en el individuo. El Tantra cree en ti. El es liberación de todo concepto, de todo pensamiento, de toda estructura, de lo otro. El Tantra es un espacio del Ser. Es la libertad.»

Bhagwan Shree Rajneesh

Según Swami Satyananda, el vocablo Tantra está compuesto por dos palabras, Tanoti y Trayati. Tanoti quiere decir expandir y Trayati significa libertad o liberar. Satyananda define al Tan-tra como la ciencia de la «expansión de la consciencia» y la » liberación de la energía».

El proceso de cognición está sustentado por la información que los sentidos suministran a la mente, pero al ser éstos muy limitados, la mente se encuentra restringida a ciertas áreas de experiencia. Para superar las limitaciones que los sentidos imponen a la mente, se necesitan métodos que despierten el potencial de la energía y consciencia latente en el ser humano. Estos métodos son las prácticas y actitudes tántricas, que permiten alcanzar niveles de comprensión y experiencia que son inaccesibles en el estado mental ordinario.

El objetivo del Tantra pues, es conseguir la liberación de la energía y la expansión de la consciencia, o dicho en otras palabras, lograr la unión de «Shiva y Shakti». Shiva es la Consciencia Pura y reside en Sahasrara chakra, y Shakti es la energía Kundalini, que yace dormida en muladhara chakra y que una vez despertada mediante los métodos tántricos asciende por el canal central hacia el encuentro y fusión con Shiva.

La unión de Shiva y Shakti producen el despertar del cerebro y la iluminación.

Tantra y Yoga no son sistemas distintos, el yoga es una parte del Tantra, más específicamente relacionada con entrenar y preparar el cuerpo y la mente para obtener equilibrio y niveles profundos de consciencia. Swami Satyananda nombra a el Tantra como la madre y el Yoga como el hijo.

Yoga es unión y el Tantra es unión con todo y en cada momento.

El Tantra nació en India y este es uno de los principales problemas con los que nos encontramos para intentar definir y entender qué és, porque lo hacemos desde una visión occidental con un marco cultural totalmente distinto de los principios orientales en los que se basa.

Los inicios del Tantra surgieron de una sociedad matrística, basada en la cooperación y la confianza y constituida por una trama de relaciones basadas en el respeto, el encuentro mutuo y el amor.

Para esta sociedad toda la existencia estaba en conexión con la divinidad y su cultura era devocional y ritualista. Todo en la naturaleza era una extensión y representación de la gran madre divina desde una flor, a un mosquito, a un ser humano.

En occidente, que nos movemos en un marco cultural judeo-cristiano y patriarcal, no entendemos el significado de sagrado ni de ritual.

Vivimos en una sociedad materialista y consumista que vive en un tiempo lineal y que enfatiza el individualismo viviendo en una dualidad y separación constantes.

Es por esta razón que somos incapaces de entender la verdadera esencia del Tantra y lo recudimos a sexualidad, y la razón, es porque a diferencia de otros caminos espirituales, que excluyen la sexualidad y abogan incluso por la abstinencia, el Tantra la incluye y utiliza para entrar en estados superiores de consciencia.

La religión y la moral crearon los conceptos de bueno y de malo y con ello nació el conflicto. Es una valoración dual que ha llevado siempre a aceptar una parte y a negar la otra. Pero es un falsa interpretación de la mente que produce división en el interior de la persona y origina un tipo de individuo en permanente contradicción, un individuo que vive y acepta solamente una parte y, que se impide a sí mismo alcanzar la integración y equilibrio innato a la comprensión de la vidas como una totalidad.

El Tantra es una ciencia práctica que va más allá de lo bueno y lo malo. En él, todo lo que nos toca vivir es contemplado como una oportunidad de crecimiento interior.

Dos cosas son importantes: aceptar la vida sin prejuicios, y zambullirse en ella conscientemente. Así es como se construye la posibilidad de evolucionar en cada instante de nuestra existencia.

Para el Tantra, el deseo, la ira, los celos, etc… no son algo que debamos combatir, pues cuando se adopta una actitud de lucha, automáticamente se refuerzan dichas emociones y se incrementa el conflicto.

La clave está en la plena aceptación y vivencia consciente de esas emociones, de abrazarlas y experimentarlas en profundidad y movernos con su misma energía lo que facilita comprenderlas y, a su momento, transmutarlas.

El tantra consiste básicamente en una serie de prácticas y enseñanzas que nos ayudan a tomar conciencia de que el mundo está compuesto de la energía divina o Shakti. También incluye herramientas que podemos emplear para liberarnos de la ilusión, y para hacer nuestras vidas más bellas, prósperas y poderosas. Podemos afirmar que la mayor parte de los caminos de la diosa son fundamentalmente de la naturaleza tántrica, y que una de las marcas del sendero tántrico es el énfasis en la importancia de la diosa.

Existen numerosas escuelas tántricas en la religión hindú como en la budista, pero también podemos hallar expresiones tántricas reconocibles en otras tradiciones como el taoísmo, la cábala y el gnosticismo cristiano.

En la tradición de la India existe un tantra llamado de la “mano derecha” y otro de la “mano izquierda”. Las escuelas de la mano derecha se centraban en la recitación de mantras y en prácticas internas meditativas y de visualización, mientras que las escuelas de la mano izquierda eran conocidas por realizar prácticas sexuales y rituales.

La tradición del shivaísmo de Cachemira se originó alrededor de los siglos VIII o IX de nuestra era. Esencialmente, se trataba de un camino de la mano izquierda, como lo es la tradición Sri Vidya que se desarrolla en el sur de la India. Las escuelas filosóficas Krama y Kaula, pertenecientes al shivaísmo de Cachemira, mostraban una mayor orientación hacia la mano izquierda. No obstante, ambos enfoques enseñaban que la realidad es no-dual, lo que significa que no hay separación entre el mundo físico, el individuo y la realidad trascendente (o Dios) y que todos ellos existen como un continuo.

Ambas vías consideraban a la Diosa el centro de todo y sostenían que en el cuerpo humano están contenidos todos los niveles de realidad posibles.

Los visionarios tántricos vieron que el universo visible e invisible está infundido de luz y poder. Para el tántrica, el mundo está compuesto fundamentalmente de luz, que contiene poder, energía y un vibrante dinamismo creativo: la Shakti. Esto puede resultarnos obvio ahora que entendemos que en el nivel subatómico, incluso la materia, es realmente energía.

El Tantra incluye infinidad de prácticas que nos llevan a vivir el momento presente con plenitud y a experimentar la vida tomando consciencia de todo lo que sucede con nuestra energía interna, donde mundo y el cuerpo se convierten en un lugar sagrado.

Desde un punto de vista cósmico, los tantras afirman que, sin el dinamismo de Shakti ( lo femenino), Shiva (lo masculino), permanecería inmóvil, y que sin la conciencia y estabilidad

de Shiva, Shakti sería incontrolablemente salvaje.

Podemos de ello concluir que el Tantra nos invita a experimentar cada momento intensamente, con todo lo que ES, sin excluir nada, y entregarnos a esta danza eterna de SER y SENTIR…

¿te imaginas?

En el pasado del amor,
el pasado y el futuro no existen…
El amor te abre al infinito,
a la eternidad de la existencia.

Osho